Autoanálisis de mi trilogía de Joaquín y Palmira: reescribir hasta publicar  

En la entrada de hace dos semanas hice un análisis literario de Reina Roja, de Juan Gómez-Jurado, a partir del esquema proporcionado por el libro Writing Fiction, manual que puede servir de referencia a escritores y lectores por igual.

En esta utilizo el mismo esquema de análisis a algo que he escrito yo: mi trilogía de Joaquín y Palmira, que se publicó entre 2019 y 2023 y cuya primera parte fue finalista del premio Fernando Lara en 2014. Si leéis esto hasta el final descubriréis cómo tardé un lustro en publicarla

Está formada por los libros No siempre puedes conseguir lo que quieres, Pero si lo intentas algunas veces y Podrías encontrar lo que necesitas, cuyos títulos forman el estribillo de You can’t always get what you want de los Rolling Stones.

La trilogía es una mezcla de géneros al 50%. Por una parte, es una intriga ambientada en el mundo de los multinacionales, con crímenes y corrupciones varias, y por otra, una historia de amor entre los dos protagonistas, con no ya un trío, sino un cuarteto amoroso; algo parecido a Las amistades peligrosas, pero en el siglo XXI en lugar del Barroco.

Los personajes

Como en todas las novelas de intriga, como los había en Reina Roja, hay protagonistas, antagonistas y víctimas.

Los protagonistas:

  • Joaquín, un ejecutivo en paro, con problemas económicos y personales. Empieza la novela con todas las asignaturas “de su vida” suspendidas (trabajo, esposo, padre, economía). En todas esas facetas se va encontrando dificultades adicionales que tiene que superar para conseguir reordenar su vida.
  • Palmira, una joven ejecutiva que se está abriendo paso en un mundo que era todavía eminentemente masculino, las multinacionales alrededor de 2010. Y que tiene una situación personal compleja, abandonada sin explicaciones por su novio.

Coinciden en la misma empresa, Rasmeyer, en la que han pasado cosas extrañas. Ambos inician una relación que se desarrolla con todo tipo de altibajos durante la trilogía, además de colaborar en la investigación de la corrupción y enfrentarse en la lucha por el control de la multinacional en la que ambos se conocieron.

Las víctimas.

  • El detonante de la intriga es el fallecimiento por accidente o suicidio del responsable de finanzas, a quien sustituye Joaquín. Y que resulta ser un amigo de la infancia de Palmira. Ambos fueron enchufados en la empresa por Sebastián, su presidente, amigo de sus respectivos padres.
  • El resto de víctimas son los accionistas, ejecutivos y empleados de Rasmeyer, la multinacional de productos de consumo objeto de corrupción y luchas de poder; así como las parejas de los protagonistas.

Los antagonistas:

  • Sebastián, el presidente de la filial de la multinacional Rasmeyer en España, primer nivel de corrupción, es el antagonista en la primera novela.
  • Jack, el CEO de la multinacional, segundo nivel de corrupción, es el antagonista de la segunda.
  • Midas, inversor privado y antiguo socio de Jack, es el antagonista de la tercera y enemigo en la sombra durante toda la trilogía.

Y por lo que respecta a la trama de “amistades peligrosas”, ya no hay protagonistas y antagonistas, lo que hay es un cuarteto amoroso formado por Joaquín, Palmira, la esposa del primero y el novio de la segunda.

Elección del punto de punto de vista

En una novela de intriga lo normal es usar la tercera persona, porque proporciona más flexibilidad para ir de un sitio a otro. Por el contrario, en una novela donde el autor quiere sumergirse en los sentimientos de los personajes puede resultar conveniente el uso de la primera.

Pese a que dificultaba la trama de intriga, al final opté por la primera persona, alternando los puntos de vista de Joaquín y Palmira durante toda la narración. La alternancia de ambos puntos de vista permite que el lector sepa mucho más de lo que está pasando que los dos protagonistas y narradores. En todo momento el lector es consciente de cómo se mienten y ocultan información; así como de las meteduras de pata constantes.

Una técnica que uso es la del narrador no fiable, inherente al uso de la primera persona. Incluso intentando ser sinceros pueden estar equivocados, engañándose a sí mismos.

Descripciones/diálogos/tiempo y espacio/voz

Yo he quedado satisfecho Dejo la valoración de estos aspectos más técnicos a quienes hayan leído las novelas, pero Mis descripciones son sencillas, me gustaría pensar que eficaces. Intento aplicar siempre el “show not tell” y no uso un lenguaje literario que tampoco disfruto normalmente como lector.

La trama

Puesto que es una mezcla de dos géneros al 50% hay dos tramas principales con similar importancia, la intriga de corrupción empresarial y el lío amoroso formado por los protagonistas y sus parejas.

Y si hay dos tramas principales el lector esperará que se responda a la “major dramatic question” de cada una de ellas.

Las de la primera novela, sin spoilers porque están implícitas desde los primeros capítulos, son:

  • En la trama de intriga: Si Joaquín y Palmira averiguarán las circunstancias de la muerte del predecesor de Joaquín en su puesto, y en qué medida está implicado Sebastián, el jefe de ambos.
  • En la trama de relaciones personales personal: Si Joaquín y Palmira acabarán la novela juntos o su historia será solo una aventura que ha servido para que el primero pase la crisis de la mediana edad y la segunda olvide a ese novio que la abandonó sin dar explicaciones.

Las otras dos novelas tienen sus propias major dramatic questions, que no voy a revelar por no hacer spoilers de la primera, pero que son igual de sólidas e “in crescendo”.

La elección de los títulos en una mezcla de géneros

Se me planteó el dilema de titular las novelas en base a la trama de intriga o la personal.

Al final opté por la personal. Los tres versos del estribillo de la canción de los Rolling pueden parecer los de unos libros de autoayuda en lugar de novelas, pero definen por completo el tema y la trama personal de los protagonistas que se alternan en la narración. Por no hablar de que titular una trilogía de novelas con un fragmento de una canción tan conocida debe de ser una novedad mundial.

La alternativa si hubiera optado por la trama de intriga hubiera sido la misma de Juan Gómez-Jurado en su trilogía Reina Roja. Hubiera titulado las novelas con el nombre de los dos protagonistas y el antagonista principal: Joaquín, Palmira y Midas.

La tentación fue, no obstante, muy fuerte: Joaquín, Palmira y Midas, JPM, Juan Pablo Moreno. Joaquín, mi yo masculino pasando la crisis de los cuarenta por mí. Palmira, más que mi yo femenino, quizá pudiera pasar por mi ideal femenino. En la segunda novela alguien pregunta a Joaquín como le gustan las mujeres. Joaquín responde que “inteligentes” en primer lugar. Midas, mi equivalente asocial (antes más que ahora) y psicópata (en ningún caso).

Escribir tiene algo, o mucho, de narcisismo. Si en el futuro hiciera una segunda edición de la trilogía, seguramente cambiaría los títulos de las novelas a estos.

Un tema poderoso que en realidad son dos

Mencioné en la reseña de Reina Roja que echaba de menos un tema poderoso, e incluso proponía uno que pudiera haberlo sido si Juan Gómez-Jurado lo hubiera desarrollado más: las exigencias de los secuestradores a los padres de los secuestrados y los motivos por los que estos no podían aceptarlas, aunque costara la vida de sus propios hijos.

Mi trilogía sí tiene un tema poderoso que subyace sobre todo lo que pasa:

“La competencia y la ética en los negocios”.

Los dos protagonistas, Joaquín y Palmira, son ambos competentes. Palmira es en todo momento ética, Joaquín presenta más grises, tiene que vencer fuertes tentaciones para mantenerse íntegro.

Con respecto a los antagonistas: Sebastián es incompetente y carece de la más mínima ética, si ha llegado a donde ha llegado, presidente de la filial de una multinacional en España con un sueldo de muchos cientos de miles de euros, es porque es un pelota, un trepa, un mentiroso y tiene mucha mala hostia; como tantos de nuestros políticos, por cierto. Jack, el antagonista de la segunda, es razonablemente competente, pero carece de la más mínima ética. Y, finalmente, Midas, el antagonista de la tercera y el principal de la trilogía, es más que competente, es un genio. ¿Y su ética? No es completamente negra, es gris, con un código propio bastante discutible.

Para mí ese es un tema poderoso para la trama de intriga y para la trilogía en general.

Y para la trama de “amistades peligrosas”, también tengo un tema poderoso, el que viene definido por los títulos de las novelas, el estribillo de los Rolling. Y en esta trama ninguno es especialmente ético, sino todo lo contrario. Los cuatro personajes que forman el cuarteto amoroso se traicionan y mienten mucho, como debe ser en la buena ficción.

Dos temas “poderosos” por el precio de uno. No está nada mal, ¿verdad?

Revisión: por qué tarde un lustro en publicar una novela finalista del Fernando Lara

No siempre puedes conseguir lo que quieres fue finalista del Fernando Lara en 2014, pero no la publiqué hasta finales de 2019. El resto de los finalistas sin seudónimo de esa edición publicaron sus novelas enseguida. La explicación de mi tardanza es que a finales de 2015 había escrito las dos novelas que culminaban la trilogía de Joaquín y Palmira… y no me gustaban.

Me explico, la primera estaba muy bien, aunque fuera mejorable, lo cual hice, pero tenía un problema de estructura que afectaba sobre todo a la segunda novela de la trilogía: Pero si lo intentas algunas veces. Había escrito la primera novela desde el punto de vista de Joaquín, la segunda desde el de Palmira y en la tercera alternaba los dos. Eso me obligaba en la segunda novela a hacer muchos flashbacks para poner al lector en contexto de lo que le había pasado a Palmira mientras se producían los hechos narrados por Joaquín en la primera; lo que ralentizaba la trama y generaba confusión en el lector.

Tenía dos opciones: 1) olvidar la segunda y tercera novelas y publicar la que había sido finalista del Fernando Lara, y 2) reescribir las casi 1500 páginas de la trilogía de forma que funcionara, alternando los dos puntos de vista desde el principio.

A esa solución llegué bastante pronto, a principios de 2016, poco después de haber finalizado la primera versión de la tercera novela de la trilogía. Tardé tres años en animarme a hacerlo, pero al final lo hice y me mereció la pena.

Estoy muy satisfecho con la trilogía, si hiciera una segunda edición apenas haría algunos cambios en las dos primeras novelas, ninguno en la tercera. No estoy nada contento con la comercialización, ni con el trabajo de la editorial y con mi propio esfuerzo.

Confío en haber aprendido algo y que Muerte en la entrega de premios funciones mejor, mucho mejor; pero de eso hablaré en futuras entradas de este blog.