Los dos negocios del sector editorial en el siglo XXI: los lectores y… los escritores

Un poco de historia

La literatura se convirtió en negocio tras la invención de la imprenta de caracteres móviles por Johannes Gutenberg en el siglo XV. Desde entonces existen los bestsellers, las mismas novelas de caballerías que inspiraron El Quijote lo eran. Y el mismo Quijote lo fue. Fue por entonces cuando empezaron a surgir empresas cuyo objetivo era poner en contacto a los autores con sus potenciales lectores… ganando dinero en el proceso.

Durante todo este tiempo las editoriales han vivido de eso en un proceso de prueba y error. Para lanzar la carrera de un autor se necesitaba mucho dinero, para imprimir las suficientes copias que lo hicieran visible en las secciones de novedades de las librerías y para promocionarlo en los medios: radio, prensa, revistas, televisión. También dando premios al autor, por supuesto.

El éxito de una editorial consistía en que el beneficio que dieran los éxitos superara las pérdidas que dieran los fracasos (mucho más frecuentes). Un éxito compensaba muchos fracasos.

Pero si no tenías éxitos o bien no despegabas o desaparecías. Eso ya no tiene por qué ser así.

Al mercado tradicional de las editoriales se le ha unido otro

En el siglo XXI el mercado editorial se ha dividido en dos segmentos radicalmente distintos.

El primero es el mismo de siempre, el que consiste en que la editorial consiga lectores para los autores que firma en la confianza de que sus escritos tienen potencial comercial. Por su calidad literaria, por ser conocidos en otros medios, por moda… por mil motivos.

El segundo ha aparecido por una serie de cambios tecnológicos, económicos y culturales:

  • Ya no se necesita imprimir grandes tiradas de libros, se puede hacer hasta de uno en uno.
  • Existe la posibilidad del libro electrónico, sin coste de producción y logístico.
  • El diseño de portadas y materiales se ha abaratado hasta casi cero gracias a herramientas de IA
  • La distribución por internet está al alcance de todo el mundo
  • Se han eliminado las barreras de entrada para la creación de nuevas editoriales.
  • Los talleres de escritura, los libros sobre creación literaria han proliferado casi tanto como los libros de autoayuda.
  • Cualquiera que esté atento a las noticias de la industria y de sus casos de éxito puede hacer pensar que es fácil triunfar.
  • Etc.

Este segundo negocio consiste en vender servicios a los aspirantes a escritores que quieren publicar ese “libro que tienen dentro”. En cierto modo ya existía antes, pero en la actualidad se ha intensificado a niveles no comparables con nada que hubiera existido en el pasado.

Unas cifras para ponerlo en contexto:

  • En España se publican casi 100.000 novedades al año.
  • La media de publicación por título supera las 2000 unidades.
  • El 85% de esos lanzamientos apenas supera las pocas decenas o centenas de libros “vendidas” a familiares y amigos.
  • Pese al crecimiento exponencial del número de lanzamientos el número de “bestsellers” que absorbe el mercado es tan escaso o más que antes. El principio de “The winner takes it all” está más vigente que nunca.

No hace demasiado tiempo un porcentaje de fracasos de este calibre hubiera llevado a la desaparición de casi todas las editoriales, pero ha ocurrido todo lo contrario: cada vez hay más editoriales en España. Si no han pasado ya de las 1000 estarán a punto de hacerlo, la mayoría con ventas de unos cientos miles de euros y que no llegan a los cinco empleados. Muchas veces autoempleo.

¿Cómo es eso posible? Gracias al desdoblamiento del mercado que he mencionado antes.

El símil deportivo

En realidad, esto no es una absoluta novedad, pero para buscar los precedentes hay que hacerlo en otras industrias. Un ejemplo perfecto se encuentra en las actividades deportivas.

Realicemos una comparación entre el sector editorial y el deporte rey, el fútbol:

Planeta y Penguin Random House son el Madrid y el Barcelona. Contratan estrellas, las cuidan, las remuneran, intentan quitárselas al rival para debilitarlo. Y también buscan autores noveles que puedan sustituir a los que están dejando de vender libros y les permitan seguir creciendo.

En el otro extremo hay editoriales que en lugar de vivir de los lectores que consiguen viven de los servicios que venden a los aspirantes a escritores y del esfuerzo que estos hacen por vender “su libro”, pagándose los viajes para asistir a ferias, a firmas en librerías y, también, con el tiempo dedicado a escribir el libro y el dinero en mejorarlo. Esas editoriales son como el club de barrio que permite usar sus instalaciones a cambio de una cuota mensual.

Los autores noveles desconocen que ellos son el mercado

El símil deportivo falla porque nadie con más de treinta años siga jugando al fútbol o al tenis o esquíe y no haya llegado a ser profesional no espera llegar a serlo nunca y tan solo quiere disfrutar de su hobby, mientras que todos los que escribimos “soñamos” con convertirnos en estrellas, es algo más que un hobby.

Esos miles o decenas de miles de autores que publican cada año su primer libro tienen la esperanza de ser uno de los pocos (se cuentan con los dedos de la mano cada año) que consiguen convertirse en las estrellas de la champions literaria y que pasa, en prácticamente todos los casos, por abandonar el club de barrio y fichar por un gran club que juegue la Champions.

Hay editoriales/clubes de barrio que no engañan, aunque, como es lógico, inflarán las expectativas de lo que un autor puede conseguir por sus propios medios. Y que dan servicios de calidad para que el autor finalice con un libro en sus manos que al menos esté bien editado. Otras no son tan escrupulosas, en la medida que consiguen ganar más dinero, no vendiendo, sino reduciendo los costes al máximo.

Editoriales honestas y no tanto

Planeta solo juega en uno de los mercados, conseguir lectores.

Círculo Rojo también, en el otro, vender servicios a los autores.

Y las hay que juegan en los dos.

Algunas de una manera honesta, puede que identificando con sellos distintos cuando van a intentar conseguir lectores para sus autores y cuando van a vender servicios. E intentan hacer el trabajo lo mejor posible. Yo voy a lanzar mi novela con una de ellas. Tendré éxito o no, su trabajo y el mío será suficiente o no, pero no me sentiré engañado. Decepcionado, seguro, engañado, no.

Y otras que no tienen tantos escrúpulos, que incluso hacen creer a sus autores de que su objetivo será buscar lectores mientras se aprovechan de todo su trabajo para, sin apenas riesgos, sacar un margen de cada lanzamiento.

No siempre resulta fácil identificar aquellas editoriales que no son vende humos, especialmente a los primerizos. Sirva esta entrada para que están atentos y contrasten opiniones, con amigos, a través de internet o incluso mediante IAs.

Cura de humildad para los autores: puede que tu libro no sea tan bueno

La existencia de ese segundo mercado ha eliminado todos los filtros para publicar un libro. Se alimenta una ilusión irreal: que cualquier puede tener éxito sin tener en cuenta que escribir un buen libro es muy difícil y requiere muchísima preparación y trabajo. Muchos autores creen que lo que escriben es bueno o tiene interés y no es cierto.

Se publican casi 100.000 libros al año, cifra que se superará en breve. Más de 300 al día contando 5 días por semana. La mayor parte serán entre malos y muy malos. Tanto libros de autores que juegan en la Champions como de los que juegan en un club de barrio; aunque el porcentaje será más bajo, a al menos debería serlo, en los primeros.

La culpa de que sean malos los que publican las grandes editoriales que buscan lectores está en que eligen autores más que por su calidad o incluso el potencial comercial del texto en lo conocido que sea por cualquier motivo, un periodista, deportista, influencer…

La culpa de que sean malos los que publican las editoriales que son como clubes de barrio está en que viven de publicar y vender servicios a autores, no de lo que vendan, aunque mejor si venden, claro está.

Pero también habrá libros buenos, en todos los géneros, y publicados por todo tipo de editoriales, grandes y pequeñas, o autopublicados, que es una posibilidad que antes no existía. La dificultad está en identificarlos, para las editoriales y para los lectores por igual.

Porque no tengamos ninguna duda en ello, tanto las editoriales honestas, grandes y pequeñas, como los lectores siguen queriendo, tanto como antes o más, libros con los que aprender o disfrutar.

El sueño de los autores: llegar a la champions

Hay grandes estrellas comerciales de la literatura que han tenido atajos por haber contado con una gran exposición mediática previa; de ahí que haya tantos periodistas conocidos que se animan a escribir. Y que resultan ser buenos y malos escritores, claro está. Y directores de cine, o guionistas… A los que se han unido recientemente personalidades en las RRSS, los “influencers”. Pero también hay muchos casos en los que una editorial con recursos lanza a un nuevo autor perfectamente desconocido cuya obra le llega de forma espontánea directamente o a través de un agente.

Pero también los hay que surgen de ese segundo mercado. Las grandes editoriales saben que ha venido para quedarse y están atentas a cualquiera que destaque en él para captarle y convertirlo en una estrella.

El ejemplo que primero me viene a la cabeza de estos últimos es Eloy Moreno, que consiguió vender unos miles de copias de su novela autopublicada “El bolígrafo de gel verde” y atrajo la atención de Espasa para su lanzamiento a lo grande, hasta vender cientos de miles de copias tanto de ese libro como de los siguientes. Ahora juega en la Champions.

Las decenas de miles de autores que se lanzan a publicar con editoriales de club de barrio piensan que van a conseguir vender mucho más de lo que luego venden. Puede que sea por falta de calidad o por falta de esfuerzo por su parte, dado que no pueden esperar esfuerzo por parte de la editorial. Y, claro está, se llevan una gran decepción.

El objetivo de este vídeo para todos ellos es que sean conscientes de este hecho. Si lo son pueden disfrutar del mero hecho de que publicar un libro sea tan fácil hoy en día. Ese es definitivamente mi caso, independientemente de las ventas que he tenido.

Y, también en mi caso, dado que no he conseguido entrar en una de las editoriales de champions (me quedé cerca, pero de eso hablaré en otro vídeo) estoy buscando otro camino para conseguir lectores.

Parte de ese otro camino pasa por subir estos vídeos cada semana. Puede que lo consiga o puede que no, pero, de momento estoy disfrutando con ello.